Todo en la vida cambia y evoluciona. En el caso de Nandinha, que la conozco desde pequeña ha ido pasando varias etapas, algunas con mejor atención al cliente y productos mejor elaborados, y desde el 2018 la calidad ha ido bajando considerablemente mientras los precios se siguen manteniendo aunque han subido un pelín, pero nada extraordinario.
Las bolas de Berlin, el bolo rei y otras iguarias han bajado muy considerablemente de calidad. Al igual que en los Bolinhos de bacalhau, mas patata que bacalhau y en los pasteis de Chaves... con rellenos que dejan mucho que desear.
Una pena. Ahora cuando voy, solo me pido o una cerveza o un café.