Nous nous étions arrêtés pour boire après une rude ascension, comme d'habitude à Lisbonne, sur cette place très accueillante où des musiciens de rue jouaient un peu après midi. Puis nous avons vu qu'ils servaient aussi à manger et nous nous sommes laisser tenter par une paella à 14 € pour 2 personnes, et nous n'avons pas été déçus car elle était savoureuse !

Era domingo y queriamos almorzar bacalao a braz y con nata; estuvimos buscando mas de media hora por todos los restaurantes que nos habian recomendado pero el que no estaba cerrado no imcluia en su carta estos platos tan tipicos. De casualidad pasamos por aqui vimos que los precios no era excesivos y teneia en la "carta" lo que queriamos asi que entramos. La verdad es que el sitio es cutre y pequeño porque el fuerte del negocio es la terraza (que estaba llena) pero comimos bien, platos abundantes y ricos. Bien atendidos y cabe destacar que pedí limonada y me la hicieron al momento, natural y expresamente para mi.

Lugar simples, em um bairro gostoso. Atendimento deixou a desejar, já que ficamos invisíveis por quase meia hora... Depois percebemos que a atendente é simpática e estava se esforçando. Comida gostosa e preço baixo.